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Piercing: ¿un enemigo de la salud bucal?
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Piercing: ¿un enemigo de la salud bucal?

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Las denominadas 'perforaciones bucales cosméticas' son orificios que se hacen en la lengua, labios, frenillo o mejillas con el fin de colocar aretes, aros o barras. Estos elementos ornamentales, también llamados piercings, se utilizan además en diferentes partes del cuerpo. Pero es importante tener en cuenta que cuando la persona decide colocar un piercing en la cavidad bucal, debe conocer los riesgos que ello implica para su salud y extremar los cuidados.

 

Además del dolor, al momento de la perforación y del posible rechazo del organismo a un elemento extraño como es un piercing, esta práctica puede acarrear indeseadas consecuencias para la salud bucodental. Según un estudio realizado por un grupo de docentes de la Facultad de Odontología de la Universidad de La Plata, entre otras posibles complicaciones derivadas de las perforaciones bucales cosméticas y el uso de piercing se destacan 'las infecciones, el dolor, las inflamaciones, las alergias al metal y el trauma sobre la encía con el desplazamiento de la misma en la proximidad del piercing (recesión)'. Asimismo, la presencia de bacterias y humedad en la boca dificulta la cicatrización de los tejidos dañados.

 

Riesgos y posibles complicaciones

Maloclusiones dentales: todo cuerpo extraño en la cavidad oral altera el equilibrio de fuerzas de la lengua, la posición de los dientes y puede llegar a modificar la mordida.

 

Inflamación: al realizar la perforación, es común sentir inflamación en la zona afectada. En el caso de la lengua podría llegar a inflamarse de tal manera que dificulte la respiración al bloquear la vía respiratoria.

 

Mal aliento o halitosis: la acumulación de placa bacteriana facilita su aparición.

 

Infección: los millones de bacterias presentes en la boca pueden producir una infección al entrar en contacto con el orificio realizado.

 

Hemorragia: la aguja empleada para hacer la perforación podría atravesar un vaso sanguíneo y causar una abundante pérdida de sangre.

 

Dientes y encías dañados: el contacto con el objeto metálico usado como adorno en la boca puede dañar piezas dentales, restauraciones, implantes y encías. 

 

Otras complicaciones: el objeto extraño en la cavidad bucal incentiva la producción excesiva de saliva, puede generar problemas al masticar y tragar, como así también alteraciones en el habla, entre otras. 

 

Pérdida de dientes: los problemas relacionados con el uso de piercings orales pueden desencadenar retracción de las encías y hasta la pérdida de piezas dentales.

 

Consulta profesional 

Antes de perforar cualquier parte de la boca es recomendable –e imprescindible- consultar con una odontóloga u odontólogo. 

 

Si bien las perforaciones bucales cosméticas son desalentadas por profesionales de la odontología y, bajo ningún concepto la recomiendan, son quienes tienen formación para hacer el seguimiento de la perforación y de las consecuencias generadas por el piercing. De ese modo se podrá controlar de cerca cualquier complicación y actuar con rapidez para evitar daños mayores.