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Bruxismo: todo lo que necesitás saber sobre un mal de muchos
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Bruxismo: todo lo que necesitás saber sobre un mal de muchos

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Conocer de qué se trata este trastorno permite a las personas estar atentas a los incipientes daños que el bruxismo es capaz de causar. Tener en cuenta los indicios y conocer los síntomas, es la clave para abordarlo.

El bruxismo es un trastorno que puede afectar a personas de cualquier edad y traer aparejadas consecuencias para la salud. Consiste en rechinar los dientes de manera inconsciente y puede suceder estando despiertos (bruxismo diurno) o al dormir (bruxismo nocturno). Se trata de un problema bucodental bastante común.

Los cuadros leves no requieren tratamiento, pero cuando son lo suficientemente intensos como para provocar trastornos en las articulaciones (ATM), dolores de cabeza, daños en los dientes, entre otros problemas, es necesario recurrir a la ayuda profesional.

Para estar atentos a los incipientes daños que el bruxismo es capaz de causar debemos tener en cuenta los indicios y manifestaciones que preanuncian posibles complicaciones.

Señales de alerta. Un notorio desgaste del esmalte dental que deja expuestas las capas más profundas de los dientes, la aparición de dolor o sensibilidad dental, ruidos articulares al abrir y cerrar la boca, sensación de oído tapado, dolor muscular de cuello o rostro, trastornos al dormir, entre otros, son síntomas asociados al bruxismo.

Causas. No existe un único motivo que origine esta conducta, sino que puede deberse a una combinación de factores físicos, genéticos y psicológicos. Entre estos últimos se encuentran ansiedad, estrés, tensión, ira y frustración. También pueden incidir los diferentes tipos de personalidad. Por ejemplo, aquellos pacientes más hiperactivos han demostrado ser más tendientes a desarrollar bruxismo.

Entre otros factores también se incluyen el consumo de ciertos medicamentos psiquiátricos, el tabaquismo, el consumo de alcohol, café y drogas recreativas.

Otros trastornos que pueden facilitar la aparición de bruxismo. Algunos diagnósticos como Parkinson, demencia, trastorno de reflujo gastroesofágico, epilepsia y dolencias relacionados con el sueño. 

¿Qué hacer? Una de las medidas iniciales para disminuir el bruxismo es visitar al odontólogo de confianza quien, además de tratarlo clínicamente, recomendará: tratar de reducir los niveles de estrés, incorporar hábitos que ayuden a la relajación y control de la tensión muscular (como meditación, yoga, masajes musculares en la zona 

mandibular, entre otras cosas). Además, para contribuir al bienestar general de la salud, es recomendable respetar las horas de descanso y llevar una alimentación equilibrada.

Placas de bruxismo. Para reducir las consecuencias perjudiciales de este diagnóstico, el odontólogo puede prescribir el uso de una placa de bruxismo. La misma se coloca como un intermediario entre ambos maxilares. Impide el contacto entre las piezas dentales (superiores e inferiores). La férula o placa es un dispositivo rígido transparente que debe fabricarse a medida para cada persona y contribuye a relajar los músculos y evitar que apretemos y rechinemos los dientes.

Es importante destacar que la placa debe ser indicada por un odontólogo y confeccionada a medida. Si bien en farmacias y casas de indumentaria deportiva se venden protectores bucales para la práctica de deportes, estos no sirven para tratar el bruxismo. Por el contrario, las placas indicadas por el odontólogo y confeccionadas de acuerdos a las características y necesidades bucodentales de cada paciente son las únicas que resuelven la dolencia.

Por ello, aunque en apariencia no tengamos ninguna complicación, es recomendable la visita al odontólogo una o dos veces al año en forma preventiva. Son ellos quienes podrán detectar la presencia de bruxismo y sugerir la mejor forma de buscar soluciones para hacerle frente.