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Primer molar definitivo: qué es y por qué cuidarlo es tan importante
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Primer molar definitivo: qué es y por qué cuidarlo es tan importante

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El primer molar definitivo es una de las más importantes estructuras dentarias. Tiene directa relación con el desarrollo de una apropiada oclusión dental y facilita el buen funcionamiento de la boca para hablar, morder, masticar y tragar.

 

Esta pieza permanente convive con los dientes de leche y hace su aparición alrededor de los 6 años de edad. A diferencia de las demás piezas permanentes, no viene a reemplazar una muela o diente de leche. En general su aparición no produce molestias, por lo que el proceso pasa desapercibido, tanto para los niños como para padres y madres. Además, al erupcionar detrás de las primeras muelas temporales o de leche, permanece 'oculta' durante gran parte del transcurso de la erupción. 

 

Estas características del primer molar definitivo (aparición indolora, sin molestias e 'invisible') puede traer complicaciones por falta de higiene y cuidado. Cuando sí se puede ver y notar su presencia en la cavidad bucal, a veces, suele ser demasiado tarde para comenzar a cuidarla porque la caries ya está ahí. 

 

Como consecuencia de esta situación (falta de higiene, atención y cuidados a tiempo), el primer molar definitivo es la pieza dental que más se extrae. Sin embargo, en los últimos años, los Colegios de Odontólogos, el sector público y demás actores del ámbito de la salud, han intensificado campañas de información sobre la importancia para la salud bucodental. En ese marco, cada vez más los adultos a cargo de niños y niñas están alertas a esta etapa del desarrollo dental. De todas formas, el primer molar permanente continúa liderando el ranking de las piezas dentales que más se dañan y extraen, incluso en edades muy tempranas. 

 

Cuidados del primer molar

La anatomía de estas piezas dentales (con fosas profundas) favorecen la retención de la placa bacteriana. Ello, sumado al tipo de alimentación presente en este grupo etario (rico en carbohidratos y azúcares), propicia la aparición de caries. En ese sentido resulta imperioso extremar los cuidados y adoptar tanto rutinas como prácticas de higiene adecuadas:

 

  • Aunque apenas esté asomado el diente, cepillar la zona suavemente después de cada comida, al igual que el resto de los dientes.

 

  • Llevar una dieta balanceada, sin excesos de hidratos de carbono refinados ni azúcares.

 

  • Además de adoptar hábitos de higiene y alimentación, la consulta periódica al odontólogo es esencial. La o el odontopediatra podrá determinar si es necesario sellar fosas y fisuras, e indicar la forma correcta de higienizar toda la cavidad bucal. 

 

Tanto para el primer molar como para el resto de la cavidad bucal, la higiene, los hábitos de alimentación saludables, el diagnóstico precoz y la atención inmediata son la clave para mantener una boca sana.